Los higos tienen un sabor dulce y poseen una textura crujiente, que resultan una delicia al paladar y que dan un toque especial a todo tipo de preparaciones. Los higos son precedidos por las brevas, los primeros frutos de la higuera, un árbol de la familia de las moráceas.
Son ricos en hidratos de carbono, por lo que proporcionan energía. De hecho, parte de esta energía que no se usa de forma inmediata se acumula en el hígado y los músculos en forma de glucógeno y facilita la recuperación tras un entrenamiento.
- Ayudan a restaurar las mucosas:
Contiene una cantidad moderada de un provitamina A, que es un carotenoide, de acción antioxidante que, al llegar al organismo, se metaboliza en vitamina A. Esta sustancia, es útil para la salud ocular y favorece la resistencia ante las infecciones, restaura y nutre las mucosas, y ayuda al buen estado de piel y huesos.
- Actúan contra el estreñimiento:
Es considerada una fruta laxante por su aporte en fibra soluble, contiene aproximadamente un 2,5 %. Además, los higos se digieren bien porque contienen fermentos emolientes que se absorben sin problemas por el tracto gastrointestinal. Su fibra soluble actúa como prebiótico, estimulando el crecimiento de las bacterias beneficiosas en el intestino delgado
- Favorecen la densidad ósea:
Secos aportan 250 mg de calcio por 100 g, mientras que en la opción fresca contienen 38 mg por 100 g”. Aun así, se debe moderar su consumo en casos de sobrepeso y diabetes por su contenido en azúcares.
- Ayudan a controlar la hipertensión:
El higo tiene oligoelementos, como fibra, potasio y magnesio, que ayudan a controlar la presión sanguínea.
- Mantienen los niveles de glucosa:
Puede ser considerado un alimento isotónico, ya que repone azúcares (sacarosa, glucosa, fructosa) y sales minerales que se pierden en un sobreesfuerzo. Un buen snack, cuando has realizado una gran actividad física o mental.
Pudín de higos
Ingredientes:
- Una barra de pan del día anterior.
- 500 ml. de leche.
- 2 huevos.
- Azúcar.
- 12 higos frescos.
- Un puñado de nueces.
- Empezamos preparando un caramelo con el azúcar al fuego. Lo vertemos sobre el molde intentando recubrir todas las partes.
- A continuación, batimos los huevos con la leche y cuatro cucharadas de azúcar. Añadimos los higos y las nueces, bien picados.
- Partimos la barra de pan en rebanadas muy finas y las ponemos encima, y luego volvemos a recubrirla con más higos.
- Por último, lo metemos en el horno precalentado a 175 grados al baño María unos 25 minutos.
- Reserva algunos higos frescos y colócalos encima del pudding antes de meterlos al honro.
