Mejora la concentración a través de la alimentación

 
El cerebro humano es una máquina maravillosa. No solo dirige cada una de las acciones que nuestro cuerpo lleva a cabo sino que sus capacidades van mucho más allá. Si hay algo que realmente nos diferencia del resto de los animales es nuestra memoria. La capacidad de crear recuerdos y conservarlos, de poder pensar en presente, pasado y futuro y, por supuesto, la capacidad de aprender y convertirnos en una gran biblioteca, hace de nosotros unos seres únicos. Desgraciadamente, esta capacidad cognitiva no es eterna y, en los tiempos que corren, cada vez comienza a deteriorarse antes. Sin embargo, si seleccionamos de forma inteligente los alimentos de nuestra dieta veremos cómo rápidamente nuestro cerebro vuelve a funcionar a pleno rendimiento.
 
  • Cereales de grano entero: Nuestro cerebro se alimenta de glucosa. Por esto, los hidratos de carbono que contienen los cereales (pan, pasta, arroz) serán clave en su buen funcionamiento. Escoge los integrales, que contienen mayor cantidad de L-Triptófano, elemento que el cerebro empleará para producir serotonina, “la hormona de la felicidad”. ¿Se te ocurre una mejor razón para incluirlos en tu dieta?
 
  • Toma proteínas: Carnes, huevos, pescados... estimulan la producción de dopamina y noradrenalina, dos hormonas que te ayudarán con la agilidad mental. También contienen ácido glutámico, un aminoácido no esencial que mejora la memoria y el cansancio intelectual.
 
  • Lácteos a diario: La leche es uno de los alimentos más completos. Contiene hidratos de carbono, grasas y proteínas, lo que la convierte en una fuente de energía perfecta. Tómala caliente antes de ir a dormir y verás cómo el L-Triptófano que contiene te ayudará a descansar mejor.

 

  • Grasas: ¡Por supuesto! Pero bien escogidas. Las grasas no siempre son el malo de la película, de hecho, son imprescindibles para que nuestras neuronas se puedan comunicar entre sí. Utiliza para cocinar aceite de oliva, rico en omega-9 y toma pescados azules (salmón, sardinas, dorada...). El Omega-3 que contienen mejora la memoria y la concentración y ayuda a prevenir los estados depresivos y el deterioro mental. A los fosfolípidos que contiene la lecitina de soja se les atribuye la capacidad de mejorar la salud de las neuronas y la concentración.

 

  • Vitamina E, coraza contra la oxidación: La relación que hay entre el deterioro cognitivo y la edad se debe en gran medida al estrés oxidativo. La vitamina E (tocoferol) es un potente antioxidante que además neutraliza el efecto de algunos contaminantes habituales (tabaco, contaminación atmosférica) y protege las membranas neuronales del envejecimiento prematuro. Podemos encontrarla en los frutos secos, los aceites vegetales y los vegetales de hoja verde. Mejor si se toman en crudo.

 

  • Vitamina C tiene poder antioxidante en nuestro organismo. Nunca hay que olvidarse de tomar frutas y verduras a diario.

 

  • Vitaminas del grupo B, eslabones esenciales: Son imprescindibles para la formación de los neurotransmisores y, por tanto, para el correcto funcionamiento del sistema nervioso. Sin ellas, el cerebro no podría aprovechar la glucosa que recibe. El ácido fólico o vitamina B9 mejora el desarrollo cerebral durante la infancia y cuida la memoria en la etapa adulta. Encuéntralas en los cereales integrales y las legumbres.

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